Ya no te puedo decir nada y lo escribo... cada noche te lloró un poquito, unas cuanta lágrimas para no sentir que te lloro demasiado, para no sentir que estoy exagerando; pero a diario, en dosis pequeñas te voy sacando.
Me despierto cada día fingiendo conmigo misma, pretendiendo que todo esta bien, que estoy tranquila, que estoy feliz, y me paso la mañana intentando convencerme, pero no lo logro... reprimo algunas lágrimas a lo largo del día, estoy con un nudo en la garganta, y cuando me hablan sonrío para ocultar que me estoy muriendo por dentro. Conforme va pasando el día te voy extrañando más y más, hasta que llega la noche, te entrego unas cuantas lágrimas, me canso y duermo.
Cada noche antes de dormir, pido olvidarte, pienso que estoy exagerando, que no es para tanto, y cierro los ojos rogando no sentir nada por ti al día siguiente. Y termino soñando contigo; a veces eres bueno en mis sueños, a veces la parte de ti en la que creí, la que me enamoro, es la que se aparece frente a mí. A veces en mis sueños también me haces daño, también finges, también me engañas...
Tiempo al tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario